Incidiendo sobre nuestros pronósticos de cada año

La Bodeguita del Medio - La Habana Cuba

La Bodeguita del Medio, La Habana – Cuba.
Foto tomada el 5 de julio de 2014.

Luego de casi 18 horas de viaje en bus desde Medellín hacia el sur, Susi @suxiyaco y yo llegamos el 4 de enero de 2014 a Pasto: la ciudad Sorpresa, capital del departamento de Nariño, el último de Colombia antes de la frontera con Ecuador. Allí nos encontraríamos con Camilo Arango @ABCamilo y Susana Rodríguez @Susanna_rv (que hoy viven de viaje por Latinoamérica), con Daniel Zapata @zapataescribe y Tata Méndez @tatatrapita, y con la fiesta más linda en la que he estado en toda mi vida: El Carnaval de Blancos y Negros de Pasto @negrosyblancos: Juego, color, arte, tradición, catarsis, carioca, talco, cosméticos (pinturas corporales), carrozas, disfraces y muchísima sana diversión (si no contamos las chumadas pasadas de mano). Fueron cinco días en los que mientras más nos ensuciábamos el cuerpo con cuanto talco y carioca nos tiraran los transeúntes, más nos limpiábamos el alma y el corazón, quedando transparentes y menos “mierditas” para poder enfrentar el año que recién iniciaba.

De allí seguí con Susi la travesía hacia Ecuador, de paso por Tulcán y Otavalo, disfrutando la hospitalidad, arquitectura y gastronomía de Quito; conociendo el mar del Pacífico por la Ruta del Sol o Ruta del Spondylus desde Esmeraldas y Atacames hasta Montañita, ese paraíso de la Buena Vibra que atrae a turistas de todo el mundo bajo la promesa de unas vacaciones al estilo “Wild On!”, lejos de hoteles lujosos y planes armados para volver a lo básico: sol, arena, mar, ceviche y rumba. Para el 14 de enero estábamos de vuelta en Colombia, partiendo de Cali (donde nos alojó mi buen amigo y colega Jonathan Lenis @jonathanlenis) para regresar a la Tacita de Plata.

Mirándolo en perspectiva, éstas fueron mis cabañuelas, pues marcaron la pauta de un año con un clima lleno de viajes. Los unos de trabajo dando a conocer a Maguaré (@MaguaRed) y los otros contando cuentos en diversos festivales y circuitos.

Luego de la correría de iniciación por el sur que desató mi nomadismo en el 2014, al irme a vivir a Bogotá desde febrero (lo que implicó un viaje mensual a Medellín en promedio entre febrero y noviembre) visité: Rionegro, Palmira, Florencia, Pasto e Ipiales (por segunda vez), Ambalema, Girardot, La Habana y Varadero – Cuba, Pasto (por tercera vez), Barranquilla, Cali, Bucaramanga, Moniquirá, Pasto e Ipiales (por cuarta vez), San Gabriel – Ecuador, Ipiales y Pasto (por quinta vez), Palmira, Cali (van 4), La Vega, Bucaramanga, Barrancabermeja, Girón, Itagüí, Facatativá, Villa de Leyva, Sopó, Chía, Zipaquirá, Villa de Leyva (caballero repite), Tunja y Carmen de Viboral. Esto sólo mencionando los lugares, ya cada quien podrá intuir las personas sucedidas y las experiencias conocidas [sic, lo séc] que guarda el corazón tras estas visitas.

Para 2015 mis cabañuelas están siendo literarias: ¡he leído como nunca! Yo, que soy el lector más lento de Caracolandia, que me tomo meses en leer una novela de las que los más presumidos dicen que se lee “en una sentada”; yo, que dejé de comprar libros desde hace varios años porque tenía acumuladas sin leer decenas de novelas y antologías de cuentos; yo, el que ha empezado más de tres veces Cien Años de Soledad y no ha podido pasar de las primeras 20 páginas (y así con muchos más de las obras que todo-lector-debe-abordar). Yo, he terminado de leer tres novelas (1984, Buda Blues y El Club de la Lucha), un libro teórico (La Risa) y dos ejemplares de El Malpensante (155 y 158) en los 22 días que van de enero. De ahí, y siguiendo la tendencia del año pasado, este año espero viajar por las ciudades insondables, fantásticas y reales de las letras; quiero abrazar a tantas personas como me presenten los autores entre sus personajes y quiero sellar mi pasaporte con historias escritas en el lejano oriente, en Oceanía, Europa y Norte, Centro y Sur América, pues hoy creo firmemente en que cada uno orienta el curso de su año -y vida- con la energía que atraiga hacia sí mismo en sus acciones diarias.

 

Me encantaría leer sobre cuáles han sido sus cabañuelas en años pasados y sus intenciones para el actual, espero sus comentarios. ¡De paso, les envío mis mejores deseos para el naciente 2015!

Comparto mi perfil en Instagram, donde se ha venido estructurando una línea de tiempo con las fotos de los viajes de 2014, entre otras buenas experiencias: http://instagram.com/mauropatigno.

ABSTRACT:

After a 2014 full of travels around Colombia, Ecuador and Cuba -all of them detonated by a trip in early january- my expectations for 2015 are about literature due to my actual readings through these 22 first days of the year. What are your expectations for 2015? What if you share them with us?

KEYWORDS: traveling, travels, literature, dreams.

3 Respuestas a “Incidiendo sobre nuestros pronósticos de cada año

  1. Es muy divertido, yo creo que también soy uno de los lectores más lentos de Caracolandia. Y qué odiosas son esas recomendaciones de «todo-lector-debe-abordar». No sabía qué era una cabañuela, qué buen dato.

    En lo que va del año empecé a leer El Retrato de Dorian Grey, por segunda vez, y estuve en Santa Fe de Antioquia y San Roque. ¡Ojalá sea así el 2014 y pueda seguir leyendo y puebliando! Haré todo para que sea así.

    • Sí Diego, el cambio de un año a otro nos deja ese aroma de «aire nuevo» y está en nuestras manos ponerle el perfume que decidamos. ¡A puebliar y a viajar por las historias! Un abrazo.

Deja tu comentario